Alex De Miñaur desplegó todas sus virtudes en Viena y tachó al local Jurij Rodionov en su debut. El australiano fue elevando su tenis para sentenciar el triunfo en dos mangas, accediendo a los octavos de final.
De Miñaur dibuja una cómoda victoria en Austria
Luego de su paso por Shanghái, Alex De Miñaur (7°) volvía a decir presente en el ATP 500 de Viena, donde fue semifinalista en la última edición. El australiano de 26 años, campeón en Washington, figuraba como el tercer preclasificado en el torneo austríaco. En su presentación, el tenista oriundo de Sidney se medía con el local Jurij Rodionov (154°), quien recibió una invitación por parte del certamen. El austríaco buscaba su primera victoria ATP en la temporada y para eso debía superar al “Demonio” de Australia, a quien ya había vencido en la edición 2021 de Stuttgart. El favorito del público era Rodionov, aunque la clasificación no decía lo mismo.
El australiano responde ante las armas de Rodionov
Los protagonistas se presentaron en el encuentro con un tenis impecable, sin conceder puntos en los primeros turnos de servicio. En el tercer game, Rodionov ejerció presión con golpes tajantes para forzar puntos adicionales, pero De Miñaur resolvió con categoría. La derecha del austríaco generaba múltiples daños en el área del australiano, quien debió lidiar con dos bolas de break en el quinto juego. El número siete del mundo no conseguía suprimir la potencia de su rival y le tocaba enfocarse en su juego de saque. De todos modos, De Miñaur no se dejó intimidar por el austríaco, calibró sus ejecuciones en la devolución y consiguió el quiebre para adueñarse del primer set por 6-4.
De Miñaur muestra sus capacidades y liquida el partido
Después de sacar adelante una compleja primera manga, De Miñaur prendió todas las luces en el segundo asalto, contrarrestando las velocidades de Rodionov y cosechando una ruptura inmediata. Sin grietas en su turno de saque, el australiano manejó el ritmo con precisión y confirmó la ventaja, colocándose 3-0 en el score. El semifinalista del año pasado se movía como pez en el agua, cubriendo todo el perímetro y devolviendo los tiros del austríaco. Posteriormente, De Miñaur volvió a hacer uso de sus virtudes en el retorno para concretar otro quiebre. Acto seguido, el australiano se hizo cargo del saque, jugando con soltura e imponiendo condiciones para asegurarse la victoria con parciales de 6-4, 6-1.
