El árbitro brasileño dice adiós al tenis después de más de treinta años en la élite, donde asegura haber vivido momentos inolvidables junto a los mejores jugadores del mundo.
Bernardes se despide del tenis
Después de más de treinta años en la profesión, Carlos Bernardes deja el arbitraje dejando atrás mil recuerdos y anécdotas que nunca olvidará. Si bien todo el mundo recuerda aquella bronca entre el árbitro brasileño y Rafa Nadal, Bernardes deja un legado difícil de superar. Su manera de ser tan carismática y especial, lo convierte en uno de los jueces de silla que quedarán por el recuerdo. Carlos, en unas declaraciones en su último torneo ATP, las Nitto ATP Finals, quiso mencionar su paso por el circuito y la cantidad de vivencias que ha experimentado durante todo este tiempo.
Sus inicios
«Mi primer contacto con el tenis fue de niño en Brasil. Solíamos saltar la valla para jugar en el club local hasta que finalmente nos inscribimos allí. Desde entonces, he formado parte del juego, y me siento muy afortunado de haber vivido estas experiencias. Empecé con torneos en Sudamérica y luego me asignaron a Estados Unidos. Recuerdo un torneo en San José en 1996, dice con una sonrisa. En aquel torneo participaban Sampras, Agassi y Chang. Sampras era el No. 1. Fue increíble: pasar de jugar al tenis en las calles brasileñas a arbitrar a Sampras y Agassi».
Los mejores partidos
«He arbitrado partidos con Sampras, Agassi, Chang, Edberg, Wilander y Becker. Fue estupendo ver a Boris Becker aquí en Turín esta semana. Se acercó a hablar conmigo, lo que fue muy agradable. Becker tenía mucho carisma en la pista. Y los partidos Sampras-Agassi fueron inolvidables. Creo que algunos de mis partidos más largos fueron con Murray: cuatro horas en la pista y él seguía adelante. Le veía después y le preguntaba: ‘¿Cómo lo has hecho?’, y me decía: ‘Ahora no puedo andar’, pero al día siguiente volvía a la pista ganando. Ese respeto de los jugadores significa mucho«.
8.000 partidos después, el mítico juez de silla Carlos Bernardes dice adiós al tenis ❤️
— ATP Tour en Español (@ATPTour_ES) November 17, 2024
Torneos y ciudades inoblidables
«Wimbledon es mágico. Empecé a jugar al tenis gracias a Wimbledon. Llegar a arbitrar en la Pista Central… es incomparable. Aquella final de 2011 entre Nadal y Djokovic fue realmente especial. Me encanta Melbourne: ¡puedo volver andando al hotel a las dos de la madrugada! Tokio siempre ha estado por delante. Montecarlo es preciosa, sobre todo cuando no llueve. Y Nueva York, donde arbitré en mi primer Grand Slam, es siempre inolvidable. Barcelona también. Es un evento de tenis como Dios manda. Si quieres ver un evento de tenis, ése es al que hay que ir. Puede que haya dos jugadores de menor ranking, pero estará lleno en las gradas».
El impacto de la tecnología
«Ahora es diferente con las decisiones electrónicas: no se habla tanto con los jugadores. No hay necesidad de anular o explicar las decisiones. Ahora solo escucho la música en el estadio. Se está volviendo más mecánico, y tenemos que ser precavidos. Me gustaba la presión de tomar la decisión correcta. Ahora, aunque crea que una pelota está fuera, me siento y dejo que la tecnología decida».
El cariño de la gente
«Tengo muchas historias, y soy afortunado. He estado en más de 8.000 partidos; sólo el 1% de esa cifra deja muchos recuerdos. Pero lo más destacado es la gente que he conocido. Llevamos media vida fuera de casa, así que uno se abraza a la gente y a los lugares. Este año, los aficionados y la gente se me han acercado, ha sido maravilloso. Es un gran ambiente del que formar parte».