La danesa consiguió su primera Copa de Maestras tras derrotar en la final a Venus (6-4, 6-4). Wozniacki sumó su primera victoria frente a la americana, para levantar el título más importante de su carrera. Con esta victoria se coloca tercera en el ránking WTA, dejando claras sus intenciones para la temporada que viene.
Caroline Wozniacki había jugado a lo largo de la semana el mejor tenis de toda su temporada. Llegó a la final ganado por la vía rápida a Halep y Svitolina. Sólo tuvo un pequeño desliz en el último partido de la fase de grupos, cediendo contra la francesa Garcia. En semifinales volvió a lucir su tenis más sólido para ganar en sets corridos a Pliskova. El domingo era su gran oportunidad de proclamarse por primera vez Maestra de la temporada y conseguir su título más importante de la carrera. En frente la veterana Venus, finalista este año en dos Grand Slam y que a sus 37 años quería darse un último regalo.
Todo estaba preparado con lupa en Singapur para acoger una de las citas más esperadas del mundo del tenis. La americana llevaba muchas horas en sus piernas y su estado físico iba a marcar la pauta del encuentro. Los precedentes favorecían a la mayor de las Williams sumando siete victorias y ninguna derrota ante Wozniacki. Ambas tenían su estrategia bien definida. La de Odesa dependía de su solidez desde el fondo de la pista para presentar batalla al juego agresivo y directo de su contrincante.
Desde los inicios del partido se vio una Venus más errática de lo habitual. Esto ante una jugadora como Wozniacki, que comete pocos errores no forzados se acaba pagando. En la primera manga hubo breaks, contrabreaks, para seguir con la dinámica del torneo. Cuando la danesa servía para sacar notó la presión de una final y cedió su servicio. Venus intentó volver a igualar el marcador, pero no pudo mantener su saque y acabó cediendo el primer set, que le complicaba el sueño de volver a vestirse de Maestra.
El público empujaba a Venus, síntoma de que querían seguir viendo aquel espectáculo. Poco duro la ilusión a los aficionados, ya que Wozniacki puso el botón crucero en su juego para conseguir dos breaks que le ponían con un 5-0 a favor. La estadounidense en vez de rendirse y encajar un rosco, tiró de orgullo propio como último recurso. Esto empezó a funcionar y Venus se enchufó en el partido, metiendo el miedo a su rival en el cuerpo. Los juegos sólo caían para la jugadora de 37 años, que en un abrir y cerrar de ojos sacaba para igualar el segundo parcial a cinco. Otra vez la misma historia que en el primer set. La presión acabó por derrumbar a Venus, que volvió a ceder su servicio para coronar a su rival campeona de las WTA Finals. Una auténtica final, en el que el amor propio de la mayor de las Williams no pudo con el tenis práctico y sencillo de Wozniacki.
El número uno, objetivo en 2018
Caroline Wozniacki es una jugadora que ha tenido que sobreponerse en muchas ocasiones. Mencionar que perdió sus seis primeras finales que disputó esta temporada. En vez de tirar la toalla, siguió trabajando más fuerte que nunca para poder reinar en una cita tan importante como Singapur. A sus 27 años ha conseguido 27 títulos WTA y sólo le quedaría sumar un Grand Slam para poner la guinda a una vitrina de ensueño. Empezó la temporada en el puesto 16º del ránking WTA y la ha acabado en tercer lugar. El objetivo es claro, regresar a lo más alto de la clasificación, lugar en el que ya estuvo cuando rondaba los 20 años.