El tenis, como el deporte, se puede separar por épocas. Desde los principios históricos, pasando por la irrupción del tenis australiano con Laver, Emerson y Rosewall, el cambio generacional con Borg, McEnroe, Lendl, etc; la época moderna de Agassi y Sampras hasta llegar a el tan aclamado Big Four. Si bien se quedan nombres en el camino, todo termina de aterrizar en este presente, en donde hay cuatro claros gigantes.
Aún así, la polémica alcanza a esta generación dorada. Muchas veces se dice que no hay un Big Four, sino un Big Three, con Roger Federer, Rafael Nadal y Novak Djokovic como el monstruo de tres cabezas que ha logrado dominar el deporte blanco. Andy Murray parece quedar un poco rezagado, quizás por la diferencia tan grande que existe en títulos de Grand Slam o semanas como número uno del mundo.
Aún así, el británico tiene argumentos de sobra para superar a quien parece ser su más claro perseguidor de la época, Stan Wawrinka. Murray, a diferencia del suizo, ha logrado llegar a todas las finales de Grand Slam. Además, Andy supera a Stan The Man en títulos de Masters 1000, presencias en las últimas rondas de los torneos, dos oros olímpicos en individuales y todo ello sin mencionar que ha logrado llegar a lo más alto del ránking, mientras que el nacido en Lausanna ha encontrado su tope en el número tres del mundo.
Asumiendo que el escocés sí pertenece al Big Four, con la desafortunada lesión que lo ha mantenido alejado de las pistas durante casi un año. El lograr resurgir de una situación tan adversa como en la que se ha encontrado, podrá comprobar de una vez por toda que sí pertenece a la élite de la cual muchas veces lo han querido apartar. Ubicado en el puesto 156 del ranking mundial, Murray encontrará en el césped británico la oportunidad de empezar a fraguar su regreso a lo más alto.

Es una prueba al alcance de muy pocos, porque no son muchos los tenistas que han tenido que ausentarse por un periodo considerable de tiempo para después recuperar la cima. Ni siquiera Novak Djokovic, quien se perdió la segunda mitad de la temporada del 2017, ha logrado encontrar un camino claro de regreso, por lo menos, al top 10. También, si en la odiosa comparación se encontrara Wawrinka, es otro ejemplo de que los regresos a la cima no son nada sencillos.
Por lo menos en la época postmoderna del tenis, solamente Federer y Nadal han sido los únicos capaces de volver a lo más alto después de estar ausentes. Rafael lo ha hecho en varias ocasiones debido a las múltiples lesiones que ha tenido en su carrera, y Roger caba de firmarlo a inicios del 2017. Por ello, Murray tendrá lo que parece ser la prueba de fuego que ofrece la élite.
La motivación no es algo que tenga que encontrar Andy. Luego de perder sus primeras cuatro finales de Grand Slam encontró la manera de conseguir su primer major. Después de haber estado al acecho de los otros tres gigantes con los que coincidió, pudo alcanzar el número uno del mundo. Murray es un soñador y luchador incansable, capaz de ponerle fin a una sequía de británicos campeones en Wimbledon. Su regreso al circuito pudiera significar el inicio de una etapa importante en su carrera, cuando demostró que siempre perteneció a la élite del tenis.