No han sido tiempos fáciles para el nipón en su balance de resultados. Las lesiones y la notoria irregularidad en su juego el último año han frenado a uno de los jugadores con mayor personalidad y técnica del circuito. Analizamos su nueva puesta en escena.
El presente año comenzó para Nishikori de la misma manera que finalizó 2017, sin competir en la celebración de un Grand Slam. La irregularidad en los torneos que disputó durante la primera fase de la temporada generaron una deficiencia en el nivel de confianza del jugador japonés. De este modo, fue en Montreal donde se llevó la última decepción de la temporada, y en Cincinatti donde se lesionó la muñeca y dijo adiós al resto de torneos del año.
A pesar de ser un jugador propenso a las lesiones y tener que sufrirlas durante largos tramos de su carrera, su nivel de juego el último año deja más dudas que alegrías. Las grandes expectativas puestas en él se explican por su incuestionable calidad con la raqueta. No obstante, alcanzó la madurez tenística de manera tardía. Fue en 2014 cuando logró dar el salto de ser de los buenos a estar entre los mejores. Las semifinales conseguidas en Miami fueron prueba fehaciente de ello. Y confirmó su ímpetu de estar entre los mejores en el Mutua Madrid Open, donde una lesión de espalda truncó su performance en la final ante Rafael Nadal. Ya a finales de año, en el US Open, estuvo cerca de lograr su primer Grand Slam.
Tanto 2015 como 2016 fueron años más que decentes para el japonés, donde logró acumular rondas finales en varios MasterS 1000, sin lograr levantar el trofeo en ninguno de ellos y con la espina clavada de no realizar un buen papel en los Grand Slam.
Con la temporada de tierra en marcha, y tras la celebración del primer MasterS 1000 sobre polvo de ladrillo, Nishikori ha logrado combinar un buen nivel de tenis con cierta consistencia en su juego, lo que le ha permitido vencer a grandes rivales como A. Zverev y Cilic y plantarse en la final de Montecarlo.
¿Habrán llegado al fin los brotes verdes en el tenis de Nishikori, tras la depresión tenística sufrida el pasado año?
¿Que le falta para lograr vencer un torneo de gran prestigio?
Analizando su trayectoria, la aparición del polvo de ladrillo generalmente eleva el estado de ánimo del nipón, donde sí que ha conquistado títulos de importancia como el Conde Godó. No obstante, es un problema para el nivel de confianza del nipón tener que competir contra el tenista mas exitoso sobe la superficie anaranjada y con el rendimiento que está ofreciendo el Balear, por lo que es complicado determinar con exactitud si el regreso de Nishikori comporta tendencia ascendente o no.
Lo que resulta más que obvio es que, si logra desplegar su mejor nivel de tenis y consigue que su servicio no resulte un factor determinante en su contra, Kei estará en las rondas finales de los próximos torneos sobre polvo de ladrillo con casi total seguridad.
