Carlos Alcaraz cumplió con uno de sus objetivos en las Nitto ATP Finals y, tras ganar los tres partidos de la fase de grupos, aseguró su lugar como número 1 del mundo al cierre de la temporada. Es la segunda vez en su carrera que lo consigue.
Alcaraz termina el 2025 en la cima del ranking ATP
Las posibilidades estaban a su favor y finalmente pudo hacerlas realidad. Tras una temporada sensacional, Carlos Alcaraz pudo ponerle el broche de oro a su recorrido: cuando terminen las Nitto ATP Finals y con ellas el 2025 para el circuito de la ATP, será el número 1 del mundo. Ya nada cambiará, sea cuál sea el resultado final en Turín y eso ha sido posible a partir de las victorias obtenidas por el español en la fase de grupos.
La pulseada por el trono mundial estaba dada entre él y Jannik Sinner, pero es cierto que el escenario le daba mayores chances al murciano. Este necesitaba ganar los tres partidos del grupo Jimmy Connors, algo que terminó de consumar al imponerse este jueves sobre Lorenzo Musetti. Pero también le servía ganar solamente dos partidos e incluso uno de las rondas previas y luego acceder a la final del certamen. En resumen, tenía muchas chances de lograrlo.
Con la realidad ya efectiva, Alcaraz consigue terminar una temporada como el mejor por segunda vez en su carrera. La ocasión anterior había sido en el 2022, su primer gran año en el tour y en el que pudo capturar en el US Open el primer Grand Slam de su palmarés. Aquel ciclo había sido fantástico, con un saldo final de cinco títulos, aunque posteriormente iría superando tal marca. En efecto, llegaron los seis de la campaña siguiente y los ocho (hasta el momento) de este 2025.
Sin dudas que la temporada que aún corre es la mejor de todas las que ha firmado Carlitos. Y le queda aún la última bala para jugarse la chance de campeonar por primera vez en las Nitto ATP Finals. Pensando en ello, ya está instalado en las semifinales donde aguarda por Alexander Zverev o Felix Auger-Aliassime. La seguidilla de triunfos obtenidos en Turín, habiendo concedido hasta ahora un solo set en sus tres duelos, le dan esperanzas a la hora de soñar con una nueva coronación.
Claro que para convertirse en el segundo jugador activo en terminar un año como número 1 (el otro es Novak Djokovic, que lo ha hecho ocho veces), Carlos construyó un recorrido impresionante. Eso sí, tuvo sus momentos difíciles, en los que parecía no encontrar del todo el rumbo. Pero con el correr de las semanas, fue creciendo en tenis y en regularidad, para ser un justo portador del trono en el circuito ATP.
De Australia a Miami, los irregulares primeros pasos del 2025
El año no comenzó de la mejor manera para Alcaraz. En Australia, encaró con expectativas las chances de sumar el Grand Slam que le faltaba, pero terminó cayendo ante Djokovic en los cuartos de final y sin poder mostrar su mejor nivel. Casi un mes después, pudo reacomodar las cosas a su favor con el título de Rotterdam, el primero indoor de su carrera y en una temporada en la que por primera vez había optado por no ir a Sudamérica.
Esa semana en los Países Bajos parecía ser el comienzo de algo nuevo, pero las mejores sensaciones aún no llegaban para Carlitos. Todavía encontraría inconsistencias en las pistas y tropiezos inesperados. Uno de ellos fue en Doha ante Jiri Lehecka, luego pudo trepar hasta las semifinales de Indian Wells, pero en un partido extraño fue Jack Draper quien le mostró la puerta de salida y luego, tal vez, el golpe más fuerte: ese día fatídico en Miami, con derrota frente a David Goffin.
Resurgimiento en Montecarlo y gloria eterna en París
Con más dudas que certezas, llegó el desembarco a la gira de tierra batida, donde comenzaría lo mejor. Jugando un gran tenis, Carlitos conquistó por primera vez Montecarlo y también Roma, dejando en el medio un solo tropiezo, en la final de Barcelona, con Holger Rune del otro lado de la red. Estas semanas también marcaron la vuelta de Sinner tras la suspensión y allí comenzaba una serie de cruces fantásticos entre ambos, en la pugna por el dominio del tour.
El pináculo de la rivalidad fue la final de Roland Garros, donde la balanza se inclinó hacia el lado de Alcaraz. En la final más larga de la historia del torneo, pudo proclamarse campeón luego de salvar tres puntos para partido y remontar una desventaja de 2-0 en sets. Inmejorable forma de terminar una jornada memorable en la capital francesa, con una batalla que hasta el día de hoy sigue siendo la mejor del año y se sitúa, probablemente, entre las más grandes que el tenis ha dado.
El tropezón de Wimbledon, la respuesta en Nueva York
La serie de finales consecutivas del murciano continuaría: campeón en Queen’s para empezar la gira de hierba, pero luego fallaría en la defensa de Wimbledon. Allí, un Sinner revitalizado y en gran forma lograba doblegarlo para arrebatarle la corona en la Catedral. Sin embargo, eso no haría mella anímica en el por entonces número 2 del mundo. Enseguida construiría la reacción en los Estados Unidos.
Dos golpes le propinaría al de San Cándido en las canchas rápidas. Uno con un sabor agridulce en Cincinnati, donde este se retiró por problemas de salud vinculados a las elevadas temperaturas. Y el otro, de mayor peso específico, llegaría en la final del US Open para conquistar el sexto Major de su carrera. De yapa lograba recuperar el número 1 del mundo, lugar que solamente cedería en el Masters de París para volver a ostentarlo al inicio de las Finals.
En resumen, un año inigualable de Alcaraz, que tuvo otro capítulo de alegría más en Tokio. Así, lleva hasta el momento ocho campeonatos, que se resumen en dos Majors, tres Masters 1000 y tres ATP 500. ¿Podrá sumar otro más en el último del año? Habrá que esperar un poco para saber eso, pero lo que es cierto es que ya nadie le sacará el número 1 al final de la temporada. Y vaya que fue merecido.
