La web oficial de la ATP rememora el infatigable esfuerzo del escocés por volver a la competición en un año que comenzó con una emotiva rueda de prensa en Melbourne donde anunciaba su intención de retirarse pero que acabó por todo lo alto con sendos títulos en dobles e individuales para confirmar su milagroso regreso.
El 2019 de Andy Murray podría describirse como el guion de una película de Hollywood. En la previa del Open de Australia, el escocés conmocionaba al mundo del tenis tras una emotiva rueda de prensa donde revelaba lo mal que lo estaba pasando por sus continuos problemas físicos en la cadera. Derrumbado y sin poder contener las lágrimas, Murray dejaba entrever que el Grand Slam australiano podía llegar a ser el último torneo de su carrera.
Una semana después de caer frente a Roberto Bautista en un épico choque de primera ronda en Melbourne y con la intención de recuperar una vida normal sin dolor, el escocés se sometió a una compleja operación en la cadera que consistía en la introducción de una prótesis de metal en dicho lugar para tratar de eliminar esos continuos dolores. El principal objetivo detrás de esta cirugía era simplemente recuperar la calidad de vida, no regresar a la competición. Sin embargo, las sensaciones tras ella resultaron tan buenas que el bueno de Andy decidió darse una última oportunidad, consciente, eso sí, de la enorme dificultad del desafío.
Regreso triunfal en dobles
Ningún tenista jamás se había planteado regresar al circuito individual tras una operación semejante. Lo más parecido había sido el retorno de Bob Bryan en dobles ese mismo año tras sufrir una operación similar a la del escocés. Precisamente, el ejemplo del estadounidense animó a Murray a intentarlo. Para ir cogiendo poco a poco ritmo de competición pero de un modo seguro para su nueva cadera, Murray decidió comenzar este enigmático viaje en el ATP 500 de Queen’s, sobre hierba y el torneo en el que ganó su primer partido ATP, pero en dobles.
Se trataba de una medida ideal para comprobar como reaccionaría su cadera antes de intentar su regreso a los individuales. Aquella semana de junio de 2019 resultó una de las más especiales en la carrera del escocés. Haciendo pareja con su amigo Feliciano López, juntos acabaron llevándose el torneo derrotando a los colombianos Cabal y Farah en primera ronda y a Ram y Salisbury, los vigentes campeones del Open de Australia, en la gran final.
“Esperaba disfrutar del partido porque me dije a mí mismo que lo haría independientemente de lo que sucediera. Obviamente, no resultó perfecto en cuanto a movimientos, pero volver a jugar sin dolor… Realmente lo disfruté mucho, me sentí muy bien. Siento que voy a seguir progresando”, declaró Murray a la ATP tras la victoria.
El escocés fue de menos a más durante la semana aunque también con más nervios conforme iba avanzando el cuadro. “Me sentí más relajado al principio, pero después me fui poniendo más nervioso según íbamos avanzando. Mis instintos competitivos comenzaron a funcionar”, agregó.
De menos a más en singles para terminar por todo lo alto
Tras continuar fogueándose en el circuito de dobles durante los siguientes dos meses, a mediados de agosto llegó el momento más esperado: el retorno del escocés en singles. Lo hizo aceptando una invitación de última hora para disputar el Masters 1000 de Cincinnati, torneo que ya ganó en dos ocasiones anteriormente (2008 y 2011). Lógicamente, la falta de ritmo pasó factura a Murray, que cedió ante el francés Gasquet por un doble 6-4. Tampoco logró su primera victoria tras la lesión en el torneo de Winston-Salem, donde también acudió como wild-card pero cayendo de nuevo en primera ronda, esta vez ante el norteamericano Tennys Sandgren (7-6 7-5).
Con el objetivo de ir cogiendo sensaciones ante rivales un poco más sencillos, Murray aceptó la oferta de la Rafa Nadal Academy para disputar el Challenger de Mallorca, el primero de esta categoría en el que se daba cita en 15 años. Tras dos triunfos más o menos solventes, el británico dejó claro que todavía estaba lejos de poder competir a nivel adecuado al ceder en tercera ronda ante el italiano Matteo Viola en un choque en el que finalizó acalambrado.
Pero todo comenzó a cambiar positivamente para el escocés en la gira asiática de los meses de septiembre y octubre, donde no sólo logró su primera victoria ATP tras la operación, sino que llegó incluso a los cuartos de final en el ATP 500 de Pekín tras derrotar a todo un semifinalista del US Open, el italiano Matteo Berrettini. Luego caería ante el austríaco Dominic Thiem, pero forzando un tiebreak en el segundo set. En Shanghai tuvo contra las cuerdas a Fabio Fognini, ante el que también cedió en segunda ronda en el desempate del tercer set y tras sacar dos veces para ganar.
Estos signos esperanzadores hicieron aumentar la confianza del escocés, que se plantó en Amberes para poner fin a esta serie de cuatro torneos consecutivos con los que acabaría este pequeño regreso en 2019. Murray llegó a la ciudad belga como el 243 del mundo, pero salió 116 puestos más arriba. Ni él mismo se esperaba volver a luchar por títulos tan pronto, pero el carácter extremadamente competitivo del ex número uno del mundo le hizo volver a asombrar al mundo del tenis en una semana que recordó a sus mejores tiempos en el circuito.
Murray alcanzó las semifinales cediendo un solo set ante rivales como Pablo Cuevas o Marius Copil, entre otros. En semifinales remontó un duelo complicado ante el francés Ugo Humbert para citarse en la final contra un viejo conocido, el suizo Stan Wawrinka, otro que también había pasado lo suyo con las lesiones. Precisamente, la última vez que ambos disputaron un partido por todo lo alto fue en las semifinales de Roland Garros 2017, justo donde los problemas en la cadera y en la rodilla se hicieron visibles por primera vez para el británico y el helvético, respectivamente.
La final no tuvo desperdició. Fiel a su histórico carácter combativo, Murray le dio la vuelta a un partido casi imposible, llegando a perder por 6-3 3-1 y 15-40 para terminar ganando por 3-6 6-4 y 6-4. Dos años y medio después de su último título en singles (Dubai 2017), Murray volvía a sentirse ganador, una vez más, en el circuito ATP.
“Significa mucho. Los últimos años han sido extremadamente difíciles. Tanto yo como Stan hemos tenido muchos problemas en forma de lesiones estos últimos años. Es increíble poder volver a jugar una final como ésta, no esperaba estar en una posición así tan pronto. Ha sido un gran partido”, explicó.